El cultivo de frutales: Necesidades de horas frio

Los manzanos tienen altas necesidades de horas frío. Fuente: Elaboración propia
Los manzanos tienen altas necesidades de horas frío. Fuente: Elaboración propia

La mayoría de especies de árboles frutales son de hoja caduca. Siguen esta estrategia de adaptación para sobrevivir al frío riguroso del invierno. Los árboles frutales despiertan del reposo invernal cuando han acumulado una cierta cantidad de lo que se conoce como horas frío. A grandes rasgos, las horas frío sería el sumatorio de horas que el árbol ha estado por debajo de una temperatura, que en la mayoría de sistemas de cálculo se aproxima a los 7ºC.
En el proceso de adaptación al clima de las zonas de cultivo de los frutales, podríamos decir que han aprendido a predecir la llegada de la primavera y el fin de las heladas con este cálculo de horas frío.

Los frutales necesitan de estas horas frío para ofrecer una brotación y floración correctos. Y esta característica condiciona las zonas geográficas y los microclimas donde se pueden hacer unas especies o otras de frutales.

Las diferentes necesidades de horas frío en los frutales

Encontramos especies de frutales con altas necesidades de horas frío, frutales de necesidades medias y frutales de bajas necesidades.
Entre los frutales con altas necesidades de horas frío encontramos los manzanos, perales, ciruelos europeos, los cerezos o los nogales. Estos frutales los encontraremos en zonas de inviernos rigurosos (clima continental)

Entre los frutales con necesidades medias, encontramos algunas variedades de cerezos, perales o manzanos, los avellanos, los melocotoneros, olivos o ciruelos chino-japoneses. Estos frutales los encontraremos en zonas intermedias.

Los frutales que necesitan menos horas frío son los almendros, algunos albaricoqueros o las higueras. Son los frutales que se pueden cultivar hasta zonas cercanas al litoral.

Dentro de cada especie hay diferencias de necesidades de horas frío en función de las diferentes variedades. Por lo tanto, es importante conocer qué variedades se adaptan mejor a vuestra zona si os estáis planteando plantar algún frutal. Y en caso de duda, lo que mejor funciona es observar las especies y variedades que ya se cultivan con buenos resultados.

Por tanto, queda claro que no podemos cultivar frutales de altas necesidades de horas frío en zonas de inviernos suaves, ya que no llegarían a acumular suficiente periodo de frío.

Pero también podríamos pensar que en una zona con muchas horas frío (clima continental) se podrían cultivar todos los frutales, ya que tenemos horas frío de sobra. Pero esto es totalmente erróneo, porque una baja necesidad de horas frío significa que el movimiento de las yemas y las floraciones llegarían al haber acumulado esta cantidad de horas frío, pero no habríamos superado todavía la época de heladas intensas. Una vez estas llegaran, destrozarían todas las brotaciones de madera y de flor.

Horas frío y cambio climático

Si un año no se alcanzan las horas frío necesarias para una correcta parada invernal, el frutal reacciona con una brotación irregular y tardía, problemas con las yemas florales y/o bajo cuajado, problemas todos ellos que comprometen seriamente la campaña.

Melocotoneros a punto de florecer. Mientras están en reposo aguantan muy bien las heladas, pero a partir del movimiento de yemas, los daños por frio pueden ser muy importantes
Melocotoneros a punto de florecer. Mientras están en reposo aguantan muy bien las heladas, pero a partir del movimiento de yemas, los daños por frio pueden ser muy importantes

Los últimos años (y esta campaña 2015/2016 en especial) se están dando inviernos cada vez más suaves fruto del cambio climático. La variación de las horas frío en las zonas frutícolas afectará las producciones y los daños económicos podrían ser catastróficos. Tengamos en cuenta que en cultivos leñosos los cambios de especies o variedades (arranques, reinjertos etc ..) comportan campañas sin producción y una importante inversión económica.

A esto todavía le tenemos que sumar los efectos de estas temperaturas invernales anormalmente altas en el ciclo biológico de las principales plagas de los frutales. La falta de fríos rigurosos en invierno hará que plagas que desaparecían totalmente durante el invierno (o las poblaciones se reducían a mínimos) puedan llegar a sobrevivir, comenzando las temporadas frutícolas con niveles de poblaciones que pueden causar estragos cada vez más frecuentes.

Esto representa un reto para la gestión técnica de las explotaciones frutícolas, donde los años “normales” a nivel de temperaturas, lluvias o plagas pasarán a ser la excepción.

El cambio climático nos afectará en muchos mas aspectos de lo que nos podamos imaginar. De hecho ya lo está haciendo, y el artículo de hoy es un ejemplo más.

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