El pulgón (II): Prevención

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Los pulgones atacan preferentemente brotes tiernos

Dentro de la serie dedicada al pulgón, la segunda entrega la dedicamos a qué podemos hacer para evitar tener ataques importantes de pulgón. Cuando hablamos de su biología, vimos que la reproducción asexual les confería una capacidad extraordinaria para multiplicarse. Pero para poder hacerlo, obviamente, necesitan energía, y en grandes cantidades. Buscan aminoácidos que ellos no pueden obtener por sí solos, como combustible para su eficiente maquinaria de reproducción y colonización.

Y los pulgones puestos a elegir, seleccionarán siempre plantas que tengan concentraciones altas de aminoácidos en su savia. Esta es la clave para la principal estrategia de prevención: evitar niveles excesivos de aminoácidos.

Cómo podemos evitar niveles excesivos de aminoácidos en nuestras plantas?

Una planta presenta niveles alterados de aminoácidos principalmente en dos situaciones:

    • Cuando, por una excesiva disponibilidad de nitrógeno, presente un gran vigor vegetativo.
    • Cuando está bajo situaciones de estrés, tales como temperaturas extremas, estrés hídrico o asfixia radicular.

En el primer caso la planta tendrá gran cantidad de tejidos jóvenes y tiernos y la savia rica en alimento, será pues, un blanco perfecto para los pulgones.
En el segundo caso, la planta acumula aminoácidos libres como mecanismo de defensa.
Así pues, ahora ya conocemos la combinación ideal para tener un ataque severo de pulgón: Plantas con un exceso de nitrógeno y con desequilibrios o situaciones de estrés.Una planta en estas condiciones es como un anuncio luminoso de buffet libre para los pulgones. Los pulgones no pasan por tener inteligencia demasiado desarrollada, sino que responden a estímulos alimentarios. Aportando nitrógeno de forma excesiva lo que estamos haciendo se invitarlos a venir a nuestras plantas.

Entonces que debemos hacer?

Sobre todo ser muy cuidadosos con el uso del nitrógeno. El nitrógeno es la materia prima para la fabricación de aminoácidos y un recurso escaso en la naturaleza si hablamos de formas disponibles para las plantas. Estas han evolucionado para aprovechar al máximo el que tienen al alcance, pero la gran mayoría no están adaptadas a condiciones de exceso (excepto las plantas nitrófilas). Por lo tanto, aportar nitrógeno en exceso provoca desequilibrios en las plantas. Es algo parecido a los problemas que sufrimos los humanos con el exceso de proteínas y grasas animales en nuestra dieta actual, para la que no estamos adaptados.

Y como lo tenemos que aportar?

Mayoritariamente con la materia orgánica. El proceso natural de mineralización de la materia orgánicos hace de dosificador inteligente de nitrógeno. Cuando las condiciones ambientales son óptimas para el desarrollo de las plantas (T ª y Humedad) también lo son para el proceso de mineralización. Y si queremos, nosotros podemos ayudarle removiendo la capa superficial del suelo para facilitar la entrada de oxígeno.

Con el nitrógeno siempre será mejor quedarnos un poco justos que pasarnos. Tampoco estamos diciendo que una carencia de nitrógeno sea conveniente, pero a una aportación de apoyo siempre estamos a tiempo, y en ecológico existen fertilizantes nitrogenados de acción rápida.

Y si mantenemos niveles óptimos de materia orgánica también nos ayudará a reducir algunas de las situaciones de estrés más habituales y que podemos controlar, como la asfixia radicular o el estrés hídrico, ya que nos mejorará la estructura y la capacidad de retención de agua.

Por tanto, ahora ya sabemos que para evitar ataques de pulgón, lo que tenemos que hacer es no ponerles el plato en la mesa y velar por que nuestras plantas crezcan de forma equilibrada.

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