Enfermedades del olivo: El repilo. Control y prevención en cultivo ecológico

El olivar es como un bosque ordenado donde todos los elementos interactúan. Fuente: elaboración própia
El olivar es como un bosque ordenado donde todos los elementos interactúan. Fuente: elaboración própia

El olivo es uno de los cultivos más comunes en los paisajes agrarios de nuestro territorio.

Su rusticidad hace que lo encontremos en casi toda España , y en muchas zonas es el cultivo principal. Además, su fácil conversión a ecológico ha hecho que casi un cuarto de la producción de la península corresponda al cultivo ecológico del olivo.

Este agrosistema, en cultivo ecológico, se maneja promoviendo la biodiversidad (cubiertas vegetales, setos como refugio de fauna auxiliar etc.), cosa que facilita enormemente el control ecológico de plagas y enfermedades.

Pero cuando hablamos de hongos que atacan órganos aéreos, como es el caso del repilo, la clave radica en estrategias de manejo del cultivo y tratamientos preventivos ante episodios favorables a su desarrollo.

¿Qué es el repilo?

El repilo o vivillo , es una enfermedad provocada por el hongo Spilocea Oleagina. Su ataque provoca importantes defoliaciones que afectan al árbol y a la producción.

Es la enfermedad más importante del olivar porque está presente en todo el mundo pero su incidencia varía mucho de unas zonas a otras, dependiendo de las condiciones ambientales y la susceptibilidad de la variedad de olivo, por eso es más importante en zonas y regiones húmedas u olivares de regadío y en variedades como la picual, cornicabra o la blanqueta. Los acebuches son resistentes.

Diagnóstico

El síntoma más característico de la infección son unas manchas circulares de entre 5 y 10 mm de diámetro de color parduzco con un característico halo amarillo o negro alrededor. Las infecciones más importantes se dan a finales de verano, durante el otoño y en primavera. A parte de la defoliación de árbol, en casos graves también puede llegar a afectar a la zona peduncular del fruto y producir su caída.

Las manchas redondas son los condióforas o el órgano donde se producen las esporas. Fuente: Agrorganics
Las manchas redondas son los condióforas o el órgano donde se producen las esporas. Fuente: Agrorganics

Esta defoliación debilita el árbol, y si no se controla, deja la finca infestada de inóculo para la siguiente campaña y nos complicará su gestión.

¿Cómo actúa el repilo?

Como todos los hongos, prefiere la humedad y las épocas templadas, así que sobrevive los veranos en las hojas infectadas de los árboles o las que hayan caído al suelo, a la espera de las condiciones óptimas para dispersarse y germinar. El mejor medio para su dispersión es el agua procedente de la lluvia, rocío o la niebla. Temperaturas alrededor de los 15°C y varias horas de humedad en hoja son las condiciones ideales para su dispersión. Por eso las épocas más delicadas son la primavera y el otoño.

Control y prevención

Lo primero de todo es prevenir de las situaciones que dependen de nosotros y que favorecen la proliferación del hongo: suelos húmedos y encharcados por excesos de riego, el abuso de abonos nitrogenados y, sobretodo, las copas espesas o marcos de plantación pequeños, que no permiten una buena aireación. Es por eso que una buena poda que permita el paso de aire y el sol, es una de las mejores medidas preventivas contra los hongos, y también contra el repilo.

El producto utilizado en el cultivo ecológico de olivo para el control del repilo, es el cobre. En la entrada anterior, explicábamos como actuaba el cobre contra los hongos y su acción como preventivo, ya que no es efectivo una vez producida la infección, tan sólo nos permite detener la proliferación.

¿Cuándo aplicar cobre?

Es fundamental determinar el riesgo de ataque antes de proceder al tratamiento para no hacer aplicaciones sistemáticas y así, recurrir al cobre en los momentos y las situaciones correctas. Recordar que el cobre es un metal pesado que se acumula en la biomasa y en la tierra y al ser un potente fungicida, también puede afectar a los hongos que hay asociados a las raíces de los árboles y colaboran en la absorción de muchos nutrientes (micorrizas).

Su nombre vulgar en castellano hace referencia a la defoliación que hace que los olivos se “pelen ”. Fuente: elaboración propia
Su nombre vulgar en castellano hace referencia a la defoliación que hace que los olivos se “pelen ”. Fuente: elaboración propia

En verano es un buen momento para empezar los muestreos y evaluar el nivel de infección. Puede que se observen hojas caídas o con las manchas circulares aunque un tanto más blancas debido a que serán de ataques primaverales que ahora estarán latentes. Otra manera de saber si las hojas están infectadas de repilo, es sumergiéndolas en una solución de sosa al 4% durante media hora y observar si aparecen manchas circulares oscuras.

Hay que saber que esta enfermedad sólo es visible cuando el hongo fabrica estructuras reproductivas, pero la infección puede estar en el interior de los tejidos foliares sin ser detectada.

Si hay más del 5% de hojas atacadas, se recomienda hacer tratamientos de cobre antes de que empiecen las lluvias de otoño y se propague la infección. Si además, el cultivo es de una variedad sensible o está en zona de riesgo, es conveniente hacer otro tratamiento antes de las lluvias de primavera, para proteger las hojas nuevas que son muy susceptibles a la infección.

Las zonas donde se debe poner especial atención son la parte inferior de la copa y las ramas interiores, donde es más fácil que se den ataques de repilo.

Así que los que tengáis olivos, en esta época del año es importante no sólo vigilar las poblaciones de mosca del olivo, sino también tener protegidos los árboles con cobre ante episodios de lluvias y temperaturas suaves propias de las próximas semanas y meses.

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